Cuando empiezas a desconfiar del prójimo, ,observa Angélica , comienzas a desconfiar de la humanidad en general.

′Cuando empiezas a desconfiar del prójimo,′ –observa Angélica– ′comienzas a desconfiar de la humanidad en general′. Su obra muestra la decepción en la que vive, tras una serie de montajes críticos, con fuerte contenido político. ′La indignación frente a la injusticia es algo natural, pero llega un momento en que crees que estás haciendo algo estéril′. La autora ha ′empezado a desconfiar mucho de los discursos′. Liddell observa que ′el mundo de la cultura está instalado en la corrección del discurso′. Y eso ′parece que nos garantiza tener una conciencia social, que nos libra de todo mal′, por la que creemos ′que somos buenos y aspiramos todos a la santidad de la justicia social′. Lo que ocurre es que ′cuando nos ponemos a enfangarnos en el alma humana, no somos capaces de ver nuestra peor parte, toda la mierda de la que estamos hechos′. Para ella, ′eso es lo verdaderamente difícil′. TEATRO DE LA AFLICCIÓN Angélica nació en Figueras (Gerona) en 1966. Su padre era un militar llamado González, que fue luego destinado a Valencia. Al tener que dejar el campo, donde vivía con sus amigas hasta los 13 años, pasa una adolescencia difícil en Burgos. Sufre de una extraña ulcera sangrante, y entra en una profunda depresión. Era ′un momento particularmente propicio para acabar con todo′. A partir de ese momento se convierte en ′una suicida, sin suicidio′. La artista ha utilizado su dolor en una serie de experimentos teatrales, tras estudiar arte dramático en la RESAD, cuando su familia se traslada a Madrid, en plena época de la Movida. Licenciada en psicología, su ′teatro de la aflicción′ tiene tal contenido autobiográfico, que llega a un estado catártico. ′Es lo que me impide pegarme un tiro′, dice. No sólo juega por eso con una pistola en el escenario, sino que se ha atrevido a cortarse la piel, literalmente. Hacía sangrar su cuerpo –en un espectáculo que repitió durante dos años y pico–, para mostrar su desesperación. Liddell no duda que vive en un mundo, donde ′el mal es la ley permanente′. Su trabajo, teñido de tintes apocalípticos, ha sido calificado a veces (...) /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre "Angélica Liddell: El que confía en el hombre" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/angelica–liddell

source https://www.entrelineas.org/revista/angelica-liddell

Comments

Popular posts from this blog

Robert De Niro como el mentalista ciego

Dice Chesterton que cuando el hombre deja de creer en Dios, no es que no crea ya en nada, es que cree en cualquier cosa.

Asa Carter decía que el rock tiene carácter sexual, inmoral y era el mejor camino para fusionar ambas razas