Todo lo que los Rolling registraron para Decca entre 1963 y 1970 terminó siendo propiedad de su representante neoyorquino, Allen Klein
Los Stones nacieron de la unión de la osada voz de Mick Jagger con las fieras guitarras de Keith Richards, pero también de la errática figura de Brian Jones, que murió ahogado en un misterioso accidente, que tenía todas las apariencias de un homicidio. Fue el primero de muchos cadáveres que recorren la tragedia de toda una generación en busca de nuevas experiencias por medio de las drogas, el sexo y el rock′n′roll. Si McCartney sentía así ′el amor y la verdad′, Jones sólo encontró demonios y monstruos. Él y Jagger se interesaron por el gurú Maharishi por un tiempo, pero parece que no les sirvió de mucho la Meditación Trascendental. Si el LSD hacía pensar a Harrison en los Himalayas, o llevaba a Pete Townshend al Meher Baba, a los Rolling les abre un oscuro pozo de serpientes amenazantes. Porque ¿de dónde salen si no, esas brutales letras al borde de la locura? La primera vez que Brian Jones tomó ácido, vio criaturas que salían del suelo, las paredes y los techos. Empezó a buscar