Baricco se atreve incluso a plantear en clave teológica la contradicción constante en el pensamiento cristiano entre alma y cuerpo
Hay dos formas en las que podemos querer ser nuestro propio señor y salvador. Podemos decir: "voy a vivir mi vida como quiera". O como el protagonista de la novela de Flannery O"Connor, Hazel Motes en Sangre sabia, descubrir que "la mejor forma de evitar a Jesús es evitar el pecado". Porque si uno intenta vivir moralmente, para que Dios te haga bien y te salve, Jesús puede ser tu modelo o tu maestro, pero no tu Salvador. Estás confiando en tu propia bondad, más que en Cristo Jesús. Intentas salvarte a ti mismo, siguiendo a Jesús. Esto es, irónicamente, un rechazo del evangelio de Jesús, una forma cristianizada de religión, intentando mantener la moralidad, pero evitando a Jesús como nuestro Salvador. Los personajes de Emaús descubren que "mucho antes que en Dios, creemos en el hombre –y tan sólo esto, al principio, es la fe" (pág. 89). Hasta que un día descubren que caminan "ciegos, al lado de amigos y amores que no reconocemos, fiándonos de un D