Cuando vivía aquí en Nueva York, Poe tenía ya fama de alcohólico y drogadicto. Algo que él siempre negó.
La pequeña Biblia que le dio su tía Clemm en 1846, estaba entre los libros que encontraron en su baúl cuando murió. La guardó luego la Sociedad Histórica del Bronx, pero ahora está desaparecida. Parece que tenía marcada la oración modelo de Jesús y una cita de Job sobre ′la vanidad de nuestros días′. Otro libro que tenía curiosamente anotado Poe, era del teólogo presbiteriano escocés Thomas Chalmers, fundador de la Alianza Evangélica, cuya copia se puede consultar ahora en la Universidad de Texas en Austin. Los escritos de Poe muestran desde luego algunas inquietudes espirituales. Además de claras referencias religiosas (tiene un himno a la virgen María – que apareció originalmente como parte de Morella (1843), pero luego se incluyo en la colección de poemas de El Cuervo (1845) –, y una famosa expresión de gratitud al Cielo, al comienzo de la poesía Para Annie, que habla de oraciones a los ángeles), el escritor hace muchas alusiones a la Biblia en sus poemas y relatos. Mucho más significativo para mí, es sin embargo el fondo moral de sus historias. /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre "La sombra de Edgar Allan Poe" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/edgar–allan–poe
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