Este es un film intenso, inteligente y adulto, cuyo desarrollo, dosificación y ritmo trepidante hace que se pasen dos horas y media casi sin darse cuenta

Este apasionante thriller parte del misterioso secuestro de las dos hijas menores de dos familias amigas. El director franco–canadiense de ′Incendies′ –una poderosa metáfora sobre la tragedia del Líbano– hace ahora su primera incursión en el cine estadounidense con Hugh Jackman como un atormentado padre de fuertes convicciones religiosas y Jake Gyllenhaal como el frustrado policía de un original guión repleto de líneas secundarias, falsos culpables y giros inesperados. Este es un film intenso, inteligente y adulto, cuyo desarrollo, dosificación y ritmo trepidante hace que se pasen dos horas y media casi sin darse cuenta. La estructura laberíntica te hace dudar si realmente hay salida para esta intriga. El misterioso caso se va adentrando en múltiples callejones de una historia llena de sorpresas, que no deja de mantener el suspense. Ya que este no es un relato de buenos y malos, sino que nos enfrenta al dilema de la condición humana, por el que no podemos escapar del mal. EL HUEVO DE LA SERPIENTE ′Prisioneros′ es una profunda reflexión moral, llena de referencias bíblicas. Ambientada en una pequeña población de la América rural, la película recorre los paisajes helados de las novelas de Russell Banks y la desolación de historias como ′Mystic River′, que nos enfrentan a esa zona oscura, que es el lado turbador de la existencia. Gyllenhaal nunca ha estado tan extraño, obsesivo y balbuciente como con este policía, que nos recuerda a ′Zodiac′. Jackman es un padre contradictorio. Y todos los personajes están llenos de fugas, recovecos y aristas. Este terrorífico thriller, de fuerza hipnotizante, nos lleva a la estremecedora conclusión de que somos capaces de hacer cualquier cosa. El ciudadano de apariencia decente esconde una serpiente, que se mueve lenta y secretamente en nuestro interior. La película está llena de imágenes bíblicas. Comienza con el Padre Nuestro en los labios de un padre que ayuda a su hijo a matar un ciervo para la comida de Acción de Gracias. Y hay cruces por todas partes. Las vemos desde el espejo retrovisor, tatuadas en las manos, o colgadas del cuello. El padre escucha a un predicador por (...) /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre "Prisioners: Cautivos del mal" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/prisioners

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