El famoso hijo del pintor surrealista Edgar Ende había pasado sus últimos quince años escribiendo, hasta la desgraciada muerte de su esposa

La literatura alemana no había conocido tal éxito de ventas desde el legendario Tambor de hojalata de Günter Grass, en 1959. Ahora, Michael Ende ha vuelto a la ciudad alemana de Münich, de donde ha estado alejado desde 1971, cuando se marchó con su mujer, Ingeborg, a una finca italiana cerca de Roma. Allí, el famoso hijo del pintor surrealista Edgar Ende había pasado sus últimos quince años escribiendo, hasta la desgraciada muerte de su esposa, el año pasado. Ende se dio a conocer al público infantil con cuentos como Jim Botón o El tragasueños, pero hace ya demasiado tiempo que ha dejado de ser aquel desconocido autor de oscuras ediciones para pequeños lectores. Una película e infinidad de ediciones y traducciones le han hecho un artista de extraordinario testimonio social, de una joven Alemania que cree que –el sueño no se ha acabado–. Su último libro, El espejo en el espejo, es una colección de relatos, entrelazados entre sí, a modo de cuadros íntimos e interiores. En palabras de su autor, –auténticas escenas infernales–, que no pretenden ser nada más que –historias de la tragedia humana–. Cada una de ellas nos introduce en un mundo cerrado, como su subtítulo indica, laberintos, pero éstos sin salida. –Desde luego, este no es un libro para niños, aunque sólo fuera porque hay ciertas facetas oscuras en la vida que no deben mostrarse a los niños–, dice Ende. Y es que realmente son pesadillas, en las que la muerte y el horror son el principal protagonista. La tragedia de gente desamparada, en una estación de la que nadie puede salir jamás; un buscador de ángeles, que al regresar a casa la encuentra cubierta de repugnantes ratas; un novio impaciente, que busca toda su vida el camino hasta la casa de su amada, para encontrarse ya viejo y maltrecho con la decepción –Mi existencia es incomprensible y ridícula –escribe Ende–. Pero nunca estuvo a mi alcance elegir otra [] Estamo (...) /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre "Michael Ende: Laberintos de desesperanza" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/michael–ende
http://dlvr.it/RhXwHc

Comments

Popular posts from this blog

Robert De Niro como el mentalista ciego

Dice Chesterton que cuando el hombre deja de creer en Dios, no es que no crea ya en nada, es que cree en cualquier cosa.

Asa Carter decía que el rock tiene carácter sexual, inmoral y era el mejor camino para fusionar ambas razas