Tras la guerra, todos decían que no sabían nada de lo que estaba pasando
Cuando a finales de los años cincuenta, el fiscal general del Estado de Hesse, Fritz Bauer –un social demócrata de origen judío– comienza la investigación para sentar en el banquillo a los responsables del campo de exterminio, fiscales como Gerhard Wiese de la Audiencia Provincial de Fráncfort –que ahora tiene 86 años–, todavía pensaban que era "propaganda rusa". Lo que le preocupaba a la gente, después de la guerra, era la comida, la calefacción y el trabajo. Alemania era un país destruido. La población estaba aturdida. Se había iniciado la reconstrucción y estaban en pleno milagro económico. Nadie quería enfrentarse al pasado reciente. Ni los aliados del canciller Adenauer, pensaban que hacía falta otro juicio, después de Nuremberg. Fue un periodista, Thomas Gnielka, quien entregó a Bauer, unos documentos de las SS, donde aparecían los nombres de los que habían matado a tiros a los prisioneros del campo. /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre "Laberynth of Lies: Los verdugos voluntarios de Hitler" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/la–conspiracion–del–silencio
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