La enseñanza bíblica sobre el mal es la que ella, la esposa, encuentra buscando justo la enseñanza contraria

Lars von Trier nació el año 1956 en un pequeño suburbio comercial al norte de Copenhagen, Dinamarca. Los padres de Lars von Trier educaron a sus hijos en los principios más fundamentales del comunismo y el ateísmo. Parece que lo tenía todo bastante claro hasta que Inger Trier, su madre, le confesó en su lecho de muerte que el verdadero padre de Lars había sido realmente Fritz Michael Hartmann, un célebre músico católico de origen alemán con el que había tenido una relación extramatrimonial. Antes de escribir –Antichrist– había hecho esfuerzos inútiles por mostrar interés en los milagros y el cristianismo y, de hecho, durante una época, pregonó que era católico a los cuatro vientos; según él, sólo para fastidiar a sus coetáneos protestantes. –Soy un muy mal católico– –decía ya cuando se estrenó –Antichrist– – –en realidad me estoy volviendo cada vez más un ateo–. El amor, la paz y la esperanza duran apenas unos instantes en la película – tal y como ocurre en La Biblia. La historia del Anticristo de Lars Von Trier, a diferencia de la bíblica historia de Cristo, comienza con la muerte de un niño. Con esta muerte en lugar de inaugurarse una era de paz, se rompe el idilio de una joven pareja. Una analogía con la caída bíblica se hace especialmente evidente cuando los dos tratan de volver a un lugar llamado literalmente –Edén–. Allí intentan recuperar lo que han perdido pero entonces ya es demasiado tarde. /// Pablo Fernández nos habla hoy en entrelineas.org sobre "Lars Von Trier y el final del poder del Anticristo" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/antichrist

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