Cerraron el negocio familiar de Mendelssohn y demolieron su figura, pero a pesar de su furor, el reino de Dios queda

Hace algunos años un escritor checo llamado Jiri Weil escribió una novela titulada Mendelssohn en el tejado. Durante la ocupación nazi de Praga, un oficial de las SS recibe órdenes de quitar la estatua de este músico del techo de una sala de conciertos. El problema es que el tejado estaba lleno de figuras de diferentes compositores, y no tenían nombres para identificarlas. El oficial nazi recordó lo que le enseñaron en su curso de "ciencia racial" sobre que los judíos tenían grandes narices. Quitó entonces la estatua más nariguda que había, pero resultó ser la del propio Wagner, quien mantenía que por muy luterano que Mendelssohn fuera, al fin y al cabo era judío. Por lo que su música fue prohibida por los nazis Es la paradoja de un músico cuyo cristianismo era tan sincero, que hasta los estudiosos judíos reconocen que su conversión fue auténtica. Es cierto que nació en Hamburgo en 1809 de padres judíos, pero se bautizó antes que ellos. Su abuelo Moisés era un importante rabino y filósofo, cuyo judaísmo era realmente ortodoxo, aunque cinco de sus hijos se hicieron cristianos. El padre del compositor, Abraham, era un banquero, dedicado a los negocios. Su hijo Félix se confirmó a los catorce años en la iglesia luterana, después de hacer que se bautizara a los seis, para ser mejor aceptado en la sociedad alemana. Su padre quiso cambiarle el nombre por Batholdy, pero Félix mantuvo su apellido judío de Mendelssohn. Según el rabino Stahl, "aunque Félix era un cristiano convencido, nunca se avergonzó de sus raíces judías" NIÑO PRODIGIO Como Mozart, Mendelssohn parecía un niño prodigio. Hizo su primera actuación pública como pianista cuando tenía nueve años, empezando a escribir música el año siguiente. Educado por su madre en una cultura exquisita y refinada, dominaba el latín y el griego, además de pintar y dibujar muy bien. Era un buen deportista, pero destacaba sobre todo por su talento para la música. Tocaba como un maestro del piano y el órgano, pero era también un excelente intérprete de violín y viola. A los dieciséis años escribe su encantadora obertura al Sueño de una noche de verano de Shakespeare. Algunos p (...) /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "La alegre fe de Mendelssohn" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/mendelssohn
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