Al enfrentar un mundo perdido a la posible restauración de un héroe solitario, la historia clásica ofrece un escapismo al lector que teme que en la vida real no hay salvación posible.
′Flitcraft había sido un buen ciudadano, un buen marido y un buen padre, no porque estuviera animado por un concepto del deber –escribe Hammett–, sino sencillamente porque era un hombre que se desenvolvía más a gusto estando de acuerdo con el ambiente. Le habían educado así. La vida que conocía era algo limpio, bien ordenado, sensato y de responsabilidad. Y ahora, una viga al caer le había demostrado que la vida no es nada de eso.′ Spade concluye que ′comprendió que los hombres mueren así, por azar, y que viven sólo mientras el ciego azar los respeta′. El detective observa que ′lo que le conturbó no fue, primordialmente, la injusticia del hecho, pues lo aceptó una vez que se repuso del susto′, sino ′descubrir que al ordenar sensatamente su existencia se había apartado de la vida en lugar de ajustarse a ella′. Dejó a su familia y se fue a San Francisco. Se casó de nuevo, tuvo dos hijos y montó un negocio. Lo curioso es que su segunda esposa no era muy distinta a la primera. No lamentaba lo que había hecho. Llevaba la misma clase de vida rutinaria que en Tacoma. /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "Dashiell Hammett: ¿De qué están hechos los sueños?" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/dashiell–hammett
http://dlvr.it/S1XqCx
http://dlvr.it/S1XqCx
Comments
Post a Comment