En el complicado universo de los detalles, donde sólo se puede observar con la profundidad y extensión debidas.

Si algo tienen de excepcional las actuales series que llenan nuestros televisores y dispositivos portátiles (de modo que ya no sean sólo series de televisión), es su capacidad inusual de profundizar en fábulas importantes y dispares como: el auge y declive del imperio romano; las experiencias sobrenaturales de una ayudante del fiscal de, digamos por ejemplo, Phoenix, Arizona; los avatares de una guionista de televisión en un ejercicio de metalenguaje, en las entrañas de la industria televisiva, donde los conflictos entre ejecutivos y creativos de la NBS son constantes pero a veces altamente productivos; la procesión de vidas pasadas de unos supervivientes a un espectacular accidente de avión, mientras tratan de sobrevivir en una inquietante isla; los mil matices, esplendorosos, sublimes, turbadores, de una familia de mafiosos, o de un grupo de moteros vengativos; las impertinencias de un doctor que es la viva imagen de Sherlock Holmes, en lo bueno y en lo malo; las confusiones de unas mujeres en la cuarentena; la historia de cómo un padre conoció a la madre de sus hijos; las genialidades de una detective, de un asesino en serie que sólo se ocupa de otros asesinos en serie, de un investigador obsesivo compulsivo, de una forense, de una ama de casa con trastorno de personalidad; las interioridades del ambiente gay, de la publicidad en los años 60, del aeropuerto y de la policía de Los Ángeles, del sistema de seguridad en un casino de Las Vegas, del gabinete de prensa de la Casa Blanca; la vida y la muerte en una ciudad de forajidos en un Oeste en decadencia; un grupo de frikis capitaneado por el hijo de una fundamentalista del sur de Estados Unidos, abanderada del diseño inteligente; un antiguo delincuente y su hermano que aprenden lecciones sobre el bien y el mal a medida que rellenan una lista con los errores del pasado. Hay multitud de ejemplos, con mayor o menor fortuna y aparato de promoción, mayor o menor calidad y grado de absurdidad argumental. Las series, por su dimensión, por el modo de irrumpir en nuestras vidas, suelen convertirnos en testigos de excepción de -e (...) /// Daniel Jándula nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "The Wire: Series actuales: Films extensos" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/the–wire
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