Esta es la historia de un joven médico, que en 1971 trabaja para el Ministerio de Sanidad británico en una remota aldea de Uganda

África ha sido siempre el destino de muchos aventureros románticos y filantrópicos. Esta es la historia de un joven médico, que en 1971 trabaja para el Ministerio de Sanidad británico en una remota aldea de Uganda, cuando Amín llega al poder. Este chico llega a entrar en el círculo íntimo del general, que lo adopta como su amigo y confidente, viéndose atrapado en una red de manipulación y violencia, sobre la que no tiene control. La locura del dictador se muestra progresivamente, a medida que se va engrandeciendo, teniendo que alargar la ropa, para colgarse todas las medallas. Amín recibió varias condecoraciones británicas, pero también se concedió a sí mismo títulos como el de rey de Escocia, que da titulo a la película. ¿HISTORIA REAL? Todo en El último rey de Escocia parece dar la impresión que estamos ante una de esas películas basadas en hechos reales. Las referencias históricas, su mirada documental y una fotografía tan iluminada, como la que se solía hacer entonces, hacen finalmente que uno se crea las peripecias de unos personajes, que al principio resultan algo inverosímiles, pero que al final uno acaba descubriendo su inconsciencia, como un fiel reflejo de la ingenuidad, que tantos teníamos tener aquellos años. La historia está basada en una novela de 1998 del periodista Giles Foden, que ha llevado al cine el documentalista Kevin Macdonald. El personaje del médico Nicholas Garrigan no existió realmente, aunque en una entrevista aquel año, el autor dijo que se había inspirado en sus conversaciones con Bob Astles, que no era ni médico ni escocés, sino un soldado inglés, veterano de la segunda guerra mundial. Había nacido en 1924, pero tenía una granja de piñas y una empresa de aviación en Uganda, cuando se hizo consejero de Amín, pasando varios años en una cárcel de Kampala, tras su caída. ′El mayor Bob′, como se le llamaba en Uganda, buscó ese cargo activamente (no como el médico Garrigan), llegando a ser parte fundamental de su aparato de represión. Por lo que la prensa británica le llamó ′la rata blanca de Amín′. El periodista encontró a Astles en Londres, donde vivía en el barrio de Wimbledon, convencido (...) /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "El Último Rey de Escocia y la atracción de la tiranía" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/el–ultimo–rey–de–escocia
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