Hace tiempo que el cine escenifica el pánico ancestral que produce una amenaza invisible, que viene por el contagio y mata desde dentro

La obra seminal da lugar al cine zombi de "La noche de los muertos vivientes" (1968) de Romero –aunque la conexión con la enfermedad está ya en la literatura de H.P. Lovecraft –, que llega hasta el Londres desierto de "28 días después" (2002) de Danny Boyle y "28 semanas después" (2007) de Juan Carlos Fresnadillo. El virus que produce zombis reaparece lo mismo en un "Tren a Busan" (2016) hasta la "Guerra Mundial Z" (2013) que amenaza destruir la humanidad. En el clásico de Romero el origen no se explica nunca, pero se baraja la posibilidad de una radiación causada por un satélite lanzado a Venus, que haya provocado la epidemia con sus mutaciones. En el caso de Boyle, la enfermedad viene de unos chimpancés infectados en un laboratorio, que son puestos en libertad por un grupo de animalistas. Fresnadillo no ahonda más que en las excrecencias, espumarajos y vómitos de sangre, así como en los abusos militares. Todo se vuelve en videojuego en "Resident Evil" (2002). Un cómic dará finalmente lugar a la serie "The Walking Dead" (2010), donde lo de menos es ya la explicación del fenómeno. Hay que volver al cine de pandemias reales para encontrar algo más reconocible. /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "La amenaza invisible" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/la–amenaza–invisible
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