La hierba se seca, y la flor se cae; Mas la palabra del Señor permanece para siempre

1990 fue un año clave para Stryper. Según las propias declaraciones de los músicos durante los últimos años habían estado en sus vidas privadas muy lejos de la piedad de la que presumían en sus canciones como "In God We Trust". El grupo había sido presentado como una propuesta para luchar contra el suicidio pero el bajista Tim Gaines estaba continuamente rehabilitándose de su adicción al alcóhol. Tanto elogio a uno mismo como soldado obediente y confiado siervo no podía tener otro desenlace en ningún ser humano realmente. Nadie habría sido capaz de mantener la credibilidad de algo así mucho más tiempo pero desde el punto de vista de estrategia comercial un cambio tan grande en un producto tiene muchos riesgos. La falta de honestidad en su vida pública trataron primero de arreglarla cambiando la orientación de sus letras por unas mucho menos relacionadas con el cristianismo y reconociendo a la prensa que, por ejemplo, ellos también eran malos y que podían llegar incluso a insultar a la policía. Durante las entrevistas del último disco recordaban a aquellos personajes de Dostoievski que, estando reunidos y en parte forzados a un juego de contar sus peores crímenes, uno a uno salían del paso contando pequeñas travesuras justificables. /// Pablo Fernández nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "Stryper: Las rayas negras y amarillas en España" de la serie Heavy Metal ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/stryper
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