Se esfuerza en recordarnos que en la Antártida no todo es belleza glacial e inerte

A partir de aquí, fiel a su estilo, Herzog presenta una galería de imágenes bellas, pero alejadas totalmente del estilo "fondo de escritorio de Windows"; y también de imágenes embarradas y ocres de McMurdo, la colonia y centro logístico para la mitad del continente, una especie de ciudad similar a cualquier ciudad industrial, en la que no falta de nada... heladería, bolera y cajeros automáticos incluidos. El lamento del director de Munich es largo al respecto, y se esfuerza en recordarnos que en la Antártida no todo es belleza glacial e inerte, sino que también el hombre pasó por allí hace un siglo escaso, dejando pronto su sello colonial, y su extraño encanto. En el largometraje aparecen los dos elementos claves en la filmografía del alemán: por un lado, la ambición o la megalomanía de una humanidad pequeña frente al ecosistema enorme, eterno, hostil y a la defensiva, ambición que se personifica en el ansia de los "primeros", como Shackleton o Scott, los cuales dejaron a un lado el espíritu aventurero para convertirse en los incipientes instaladores de banderas británicas... pero también se materializa esta ambición en personajes como el de un individuo que quiere obtener el record Guinness llegando al Polo Sur en saltador. El otro elemento es la proliferación de nuevas y singulares especies. Asistimos al descubrimiento de seres unicelulares únicos, y también al de personajes raros y obsesionados con su trabajo de cuyos estudios, no lo olvidemos, dependen muchos de los informes sobre el cambio climático que llegan a nuestros telediarios. Sin embargo, no estamos ante una colección de freaks divertidos que nos hacen reflexionar sobre temas como la ecología, aunque reconozco que estos seres solitarios y apacibles enseñan mucho más del asunto que el aparentemente revelador documental protagonizado por Al Gore (An inconvenient Truth, Davis Guggenheim, 2006). Herzog nos enseña el fin del mundo, un sitio que presuponemos sin vida, que imaginamos un poco como el desierto helado de la segunda entrega de la saga galáctica de George Lucas; y entonces destapa una caja de la que surgen esculturas naturales de hielo, días eternos, filósofos azules, naturalis (...) /// Daniel Jándula nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "Werner Herzog: Una rara forma de inestabilidad" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/werner–herzog
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