Sus libros giran a menudo sobre casos criminales ocurridos en Los Ángeles en el pasado

En un sentido sigue siendo el niño alto y regordete Lee Earle (James era el nombre falso de su padre) que vive entre las mentiras de su progenitor (decía haber entrenado al jugador del beisbol Babe Ruth y haber seducido a Rita Hayworth) y el carácter farsante de la madre (que tampoco se quedaba corta, cuando decía que había sido testigo del asesinato de Dillinger). Tenía una relación de amor y odio con sus padres. Fue su progenitor quien le compraba libros de misterio de los Hardy Boys y el primer relato que leyó sobre La Dalia Negra. El caso sin resolver de esta mujer asesinada se mezcla con la memoria de su madre, a la que dedica el Cuarteto de Los Ángeles. Toda su vida muestra un hambre de cariño y atención, que le lleva a hacer cualquier cosa por llamar la atención, aunque no sea más que odio lo que despierte. Fue hasta del partido nazi americano cuando estaba en un instituto lleno de judíos. Cualquier cosa con tal de molestar –Han sido años en la oscuridad, hasta conocer a Dios en la iglesia por las Escrituras cristianas y la simple fe por la que puedo oler que Dios está ahí–, dice. –Soy cristiano–, confiesa. Ha dejado el alcohol: –Estoy felizmente sobrio–. Declara: –He entregado mi vida a la voluntad y el cuidado de Dios–. /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "Los rincones oscuros de James Ellroy" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/james–ellroy
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