El creyente es aquel que duda de sí mismo, en primer lugar, pero eso no significa que no tenga ninguna certeza o certidumbre

A principios de los años 50 el término se usa ya en Europa para describir –la falta de pensamiento de un cristianismo dogmático, estrecho de mente y poco informado–. En Inglaterra se califica con él a predicadores tan poco aceptables para el –neo–fundamentalismo– americano como Billy Graham, cuya campaña en Cambridge provocó tal discusión, que el obispo anglicano de Durham lo calificó en 1956 de –amenaza herética y sectaria–. John Stott responde en un folleto a las acusaciones, ese mismo año, –Fundamentalismo y evangelicalismo–. El libro que Packer publicó en el 58, por un lado, es una respuesta a Hebert, pero también una elaboración de su artículo sobre la revelación y la inspiración en el comentario bíblico co–editado por su compañero de Oak Hill, Stibbs. El texto es, básicamente, una conferencia dada en Londres a graduados evangélicos universitarios, que se transcribió para que fuera editada por Inter–Varsity Fellowship (IVF). Los primeros libros de Packer son escritos ocasionales en relación con necesidades específicas del momento. Como en el caso de Francis Schaeffer o Lloyd–Jones, nacen de transcripciones de mensajes que les proponen para su publicación. /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "¿Cuestión de palabras?" de la serie James I. Packer ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/james–i–packer–3
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