Mi noche con Maud de Eric Rohmer

–En su relación con la fe –dice a su muerte, el redactor jefe y director de Cahiers, Alain Bergala– se podría decir que Trintignant es Rohmer y Felicie lo que a éste le gustaría ser–. El protagonista de –Mi noche con Maud– dice que la santidad no es su objetivo –en el sentido católico–, sino –un justo medio–. Como todos sus –Cuentos morales– –decía en Cahiers el año 70– que hablaba sobre –la relación con uno mismo–. Sus personajes son –hombres que no están absolutamente seguros de su adhesión a la doctrina que profesan, se interrogan y apuestan–. Decía el fallecido popular crítico de Chicago, Roger Ebert, que era –la mejor película que había visto sobre el amor, ser católico, el lenguaje del cuerpo y los juegos que hacemos–. Le parecía –refrescantemente inteligente, pero no ideológica, ni académica, sino reflexiva, que revela un profundo conocimiento de la naturaleza humana–. El espectador se identifica con la duda en que se debate el protagonista entre la religión y el ateísmo, el azar y el determinismo, el amor y el deseo ¿Hay acaso cuestiones más importantes que estas? /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "La apuesta de Pascal en Mi noche con Maud de Rohmer" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/mi–noche–con–maud–de–eric–rohmer
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