Su bondad y su misericordia nos buscan, cuando estamos lejos de su presencia, mientras sus palabras de amor nos hacen sentir seguros en sus brazos
Creados a imagen de Dios (Génesis 1:26), debíamos ser como Cristo en su verdadera humanidad. La vida cristiana no es, sin embargo, la imitación de Cristo que el misticismo ascético nos ha presentado a lo largo de la Historia. La afirmación de la vida, que llamamos santidad, viene de reconocer que es Él quien nos hace aceptables a Dios por la justicia de otro, Cristo Jesús (Romanos 5:18). La salvación está por lo tanto fuera de nosotros. Cristo es la realización de la vida que no podemos encontrar por nuestros logros o fracasos. La diferencia entre el creyente y el no creyente no está –como dice Keller– en que uno se arrepiente y el otro no, sino en que el cristiano se arrepiente de su propia justicia. Cristo nos salva así –como dice el predicador de Nueva York–, no sólo de nuestras maldades, sino también de nuestras bondades. /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "El silencio culpable de Lorna según Luc y Jean–Pierre Dardenne" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/luc–y–jean–pierre–dardenne
http://dlvr.it/SJNlPB
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