Fahrenheit 451
Yo me choqué de frente con esta realidad al hacer un aburridísimo trabajo de clase para la asignatura de Literatura Norteamericana en la Universidad de Barcelona, a la que me apunté (ingenua de mí), con la sencilla intención de cubrir con contenidos sencillos algunos créditos que me faltan para terminar la carrera.
Como no quería complicarme la vida, escogí la que pensaba que era la opción más sencilla para mi trabajo de clase: Fahrenheit 451, de Ray Bradbury (1953) y de qué manera me equivoqué.
La ciencia–ficción nunca es algo sencillo y rápido de digerir. No está hecha para eso. La verdadera ciencia–ficción, la de obras como la Bradbury, o Un mundo feliz de Aldous Huxley, o 1984 de George Orwell, es la moderna literatura profética y está hecha para golpear conciencias. Los profetas de Israel (Isaías, Jeremías, Ezequiel), contaban la terrible realidad de lo que ocurriría si la sociedad no cambiaba de rumbo. Las novelas clásicas de ciencia–ficción cumplen la misma función. Dicen: "Señores, cambien de mentalidad, cambien de hábitos, o prepárense para este desastre".
Habían pasado muchos años desde la última vez que leí Fahrenheit 451, y la recordaba de otra manera. En mi cabeza, además, todo estaba mezclado con las imágenes de la película que François Truffaut hizo dieciséis años más tarde, cuando todo lo que la novela representa se entendía de otra manera. Y con la relectura (obligada en inglés, aunque confieso que me pasé a la versión traducida), descubrí que por debajo de la historia de un mundo desculturalizado y violento que decide quemar los libros en vez de leerlos hay una inquietud espiritual profunda y conmovedora.
La obra entera está llena de salpicaduras. Cuando Montag, el protagonista, decide huir en busca de ayuda, el libro que se lleva es, nada más y nada menos, una Biblia. De camino, mientras suena por los altavoces del tren subterráneo (...) /// Noa Alarcón nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "Fahrenheit 451: La temperatura a la que el alma se enciende " ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/fahrenheit–451
http://dlvr.it/SPH83N
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