La Conversión De Schulz

En un cajón de armas escondido en Salzburgo, consiguió la pistola que buscaba como recuerdo. Al otro lado de la calle, un médico de otro pelotón estaba hablando con un sargento. Para comprobar si quedaba alguna bala en la recámara de su Luger, apuntó a la Cruz Roja del casco del médico, tirando del gatillo lentamente. No oyó el estampido, pero notó el retroceso del arma. La bala rozó la mejilla del médico. Sintió una enorme culpabilidad. Podía haberle matado sin propósito, ni sentido. Sólo en su misma compañía, otros cuatro hombres llegaron también a dispararse a sí mismos, o a sus compañeros con sus –trofeos de guerra–. Como dice uno de sus personajes: –¡Comete un error y pagarás por él el resto de tu vida!–. En un gag de 1952, al principio de –Peanuts–, Carlitos apunta con su pistola de juguete a un niño y grita de repente: –¡Bang!–. A continuación, baja la mirada, arrepentido: –¡Vaya, lo siento! ¡Se me ha disparado!–. Doce años más tarde, cuando sus tiras se hacen cada vez más filosóficas, es Linus quien reflexiona más profundamente: –¿Por qué hago estupideces? ¿Por qué no pienso? ¿Se puede saber lo que me pasa? ¿Dónde está mi sentido de responsabilidad? Luego me pregunto, ¿realmente soy responsable? ¿Es culpa mía cuando hago algo mal? ¿Debo responder por mis errores? ¿Quién es el responsable?–. /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "La conversión de Schulz" de la serie Schulz ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/la–conversion–de–schulz
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