El dilema que reflejan las tres películas anteriores, es cómo reconciliar nuestros poderes con nuestra responsabilidad
¡Qué curioso que, sin haber intención religiosa alguna, Raimi sitúe entre los muros de una iglesia el momento en que su personaje es despojado de su traje negro, para aparecer vestido de rojo! Ese simbolismo de limpieza nos muestra la única forma cómo es posible realmente el perdón. Porque no hay nada que podamos dar menos por obvio que el perdón. ¡Es un verdadero milagro! Nos engañamos diciendo que una cosa es perdonar y otra es olvidar, pero nuestro perdón no significa nada en la práctica. Porque sólo reconciliados con Dios, podemos reconciliarnos los unos con los otros. Todo tenemos una lucha con nosotros mismos. Ya que somos capaces de hacer daño hasta a los que más queremos, tanto física como emocionalmente. Y nuestro adversario no sólo puede hacer que destruyamos a otros, sino también puede hacer que nos destruyamos nosotros mismos. Pablo escribe a los Romanos: "¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?" (7:24). Aunque a continuación exclama: "Gracias a Dios, Jesucristo me rescatará", como dice una versión moderna del v. 25. /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "Spider–Man: El héroe vulnerable" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/spider–man
http://dlvr.it/SQCsmK
http://dlvr.it/SQCsmK
Comments
Post a Comment