Los cuentos en el interior de los niños, cual voz de la conciencia, pueden convertirse en refugio del miedo

Rápidamente la creciente fama de MacDonald como escritor, le llevaría a realizar una gira por Norteamérica, haciendo que la difusión de su obra se extendiera con celeridad. Tras un tiempo de sosiego, los MacDonald se mudaron a Italia en 1877, un cambio que realmente no aportó grandes momentos para ellos. Durante los doce años siguientes la calamidad no tendría piedad con los MacDonald. La muerte se llevaría a cuatro de los hijos de esta gran familia: Mary, Maurice, Caroline y Lilia. El dolor por la muerte de sus seres queridos llamaría a la puerta de George, un dolor que pondría a prueba la fe en el Dios misericordioso en el cual creía. Gracias a su firme fe cristiana, MacDonald siguió alumbrando, y poco a poco se alejó de la sombra de la aflicción. Él sabía que la luz provenía de Cristo: el que venció a la muerte. Como quien ya ha comprendido las grandes cuestiones de la existencia, MacDonald con su obra procuraba que el lector despertara y comprendiera que puede existir algo mayor y más elevado que la propia vida que hoy contemplan nuestros ojos. /// Jon Guevara nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "Los valores eternos en los cuentos de George MacDonald " ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/george–macdonald
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