En la casa familiar se prohibió la palabra madre, pero su vacío late en los versos de José Agustín

El autor de –Telón de boca– se pregunta si –su propia existencia, ¿no es ya el brillo falaz de una estrella extinta?–. Para Goytisolo, –esta es la triste realidad con la que nos enfrentamos–. Cuenta que aunque –hubo bastante amargura al comienzo de la redacción del texto–, al final simplemente cree que hay –lucidez–. Ya que en esta breve novela, de apenas un centenar de páginas, que le ha costado escribir seis años, se enfrenta al tema fundamental de nuestra existencia: la muerte, que en resumidas cuentas, es como decí­a Malraux, la que –convierte la vida del hombre en destino–. En esta –ficción autobiográfica–, como la define el propio Goytisolo, –cuando la vida entra en la literatura, se convierte ella misma en literatura–. Como el autor, el narrador dice que –él no habí­a querido nunca tener descendencia, asumir la responsabilidad de una existencia abocada a una irremediable condena–. Ya que si Goytisolo no ha querido tener hijos, no ha sido por su homosexualidad –que ha mantenido a la vez que su matrimonio–, sino por ese profundo pesimismo existencial que asola toda su vida. –Ella entendió muy bien ese deseo mí­o de no querer prolongar de alguna manera el desastre–, dice Juan sobre Monique. /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "Juan Goytisolo ante el telón de la vida" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/juan–goytisolo
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