Su desprecio de la religión formal, con todos sus dogmas y ceremonias, no viene de una hostilidad intelectual contra Dios o Jesucristo, sino de su desengaño con un cristianismo hipócrita
Al escritor le molestaba tanto el movimiento evangélico como el catolicismo–romano. No soporta el sabatarianismo –escribió un panfleto anónimo en 1836, ′Domingo bajo tres cabezas′, en contra del intento de Sir Andrew Agnew de aprobar una ley en contra del ocio y el trabajo en domingo– y ridiculiza la hipocresía de los predicadores disidentes, o sea de las iglesias libres –en el personaje de Mr. Stiggins en Los papeles del Club Pickwick–. Aunque también dice que ′detestaba el catolicismo, esa abominable vieja institución sacerdotal′. Llama a la iglesia de Roma ′ese tambaleante monstruo′. En 1853 dice: ′Roma y yo, estamos ampliamente separados, moralmente′. Según la biografía de Fred Kaplan, Dickens se hace miembro de la iglesia unitaria en el invierno de 1842–43. Nacida de la Reforma radical, aparece en Inglaterra doscientos años antes del nacimiento del escritor. Aunque cree todavía en la Biblia –Dickens pidió que se leyera la Escritura todos los días en el hogar que abrió para mujeres de la calle, para que fueran así ′tentadas a la virtud′ –, enfatiza la humanidad de Cristo –aunque todavía describe sus milagros en La vida de nuestro Señor, que escribió para niños en 1849–, afirmando ′la supremacía de Dios y la divinidad de la misión de Jesús de Nazaret′. /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "Charles Dickens y El misterio de la Providencia" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/charles–dickens
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