Stott no tení­a ambiciones literarias originalmente y nunca quiso ser escritor

El obispo William Wand no tenía nada de evangélico, decía Stott. De hecho, dada la aversión que –el tío John– o su amigo Dick Lucas tenían a los hábitos clericales, los evangélicos no le podía perdonar a ese obispo de Londres que no quisiera ordenar en la catedral de San Pablo a un candidato al ministerio anglicano que tenía objeciones de conciencia a llevar una estola –la vestidura que el sacerdote lleva al cuello para actos litúrgicos–. Se quejaron tanto, que acabaron ordenándole privadamente en la capilla del palacio de Funham. Lo que pasa es que Wand no era un obispo cualquiera. Hijo de un carnicero de Grantham, su padre había tocado el armonio en una capilla independiente de la iglesia anglicana y estaba muy influenciado por la enseñanza de santidad de Keswick. Wand llegó a ser obispo de Londres siendo ya mayor, tras haber sido arzobispo de Brisbane en Australia, antes de pasar por Bath y Wells. Fue él quien ordenó a Stott en All Souls en 1950, cuando la iglesia se reunía todavía en San Pedro –que fue el lugar de culto durante la guerra y luego la sede del Instituto de Londres para el Cristianismo Contemporáneo en el que estudié a principios de los años 80–. Para sorpresa del –tío John–, el obispo dijo en el sermón que el nuevo –rector– debía tener tiempo para leer y escribir, pidiendo a la congregación que se asegurara de ello. Esto fue algo insólito para él, porque Stott no había escrito todavía un solo libro. /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "El cristianismo básico de Stott" de la serie "John R. W. Stott" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/el–cristianismo–basico–de–stott
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