Un virus ha matado a cinco millones de personas y los supervivientes tienen que vivir bajo tierra

En la siguiente adaptación del relato de Matheson, "El último hombre vivo" (1974) que hace Boris Segal, el origen de la plaga que mata al noventa por cien de la población humana está en un conflicto entre Rusia y China, no lejos de las tramas conspiranoicas actuales que atribuyen el coronavirus a una creación de Wuhan contra Trump. Los supervivientes son mutantes albinos que no soportan la luz del sol y han formado una secta milenarista medieval con hábitos negros y rostros purulentos como estigmas sagrados. Odian la ciencia y la tecnología, que consideran culpable de lo que ha pasado. El papel de Charlton Heston como el coronel Neville, salvado por una vacuna experimental del ejército, lo hace luego Will Smith en "Soy leyenda" (2011). Se desarrolla en un Nueva York deshabitado en 2012, donde la flora y la fauna campan a sus anchas en la Gran Manzana. Los –buscadores de sombras– muestran una total falta de humanidad, ya que se dedican a devorar al prójimo. Lo malo es que la versión de Francis Lawrence traiciona la historia original con un final feliz que no tiene nada que ver con el relato de Matheson y sus adaptaciones anteriores. /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "La amenaza invisible" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/la–amenaza–invisible
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