Esta es la historia de un joven médico, que en 1971 trabaja para el Ministerio de Sanidad británico en una remota aldea de Uganda

En 1977 hubo una pequeña rebelión del ejército, que hace que Amí­n mate a miles de disidentes, incluido el pueblo entero de Obote. El último domingo de enero el obispo evangélico anglicano Festo Kivengere predicaba sobre el valor de la vida a una congregación, entre los que estaban varios altos oficiales del estado. Su valiente mensaje denunció las muertes y abuso de autoridad del gobierno de Amí­n. El sábado siguiente entraron soldados en casa del arzobispo Janani Luwum, buscando armas. Le arrestaron, acusándole de traición. Al ser procesado por un tribunal militar, desapareció a continuación. Según el gobierno, muerto en un accidente, pero según varios testigos, su cuerpo mostraba señales de disparos, cuando fue enterrado en su pueblo natal. El personaje de esta historia es un joven idealista, que huye de la sombra paterna a principios de los años setenta, con la esperanza de poner sus conocimientos al servicio de los más necesitados. La fascinación por el carisma de Amí­n, surgido de la nada y reclutado de niño por el ejército británico, le hace finalmente cómplice del tirano, magní­ficamente interpretado por el actor Forest Whitaker. Su simpatí­a arrolladora y brutalidad imprevisible, se ve reforzada por la visión de su rotunda corpulencia e inquietante mirada con la fijeza de su entrecerrado ojo izquierdo. Todo acaba en un estallido de violencia final con una tortura, que recuerda al famoso western de los años setenta Un hombre llamado caballo. /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "El Último Rey de Escocia y la atracción de la tiranía" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/el–ultimo–rey–de–escocia
http://dlvr.it/Sc8DJN

Comments

Popular posts from this blog

El Jesús atípico de Pasolini

El director gallego Rodrigo Cortés da instrucciones en el rodaje al actor Cillian Murphy

La amargura de la historia de Baumbach rompe brutalmente con la gazmoñería con la que el cine ha tratado hasta ahora el divorcio