Una identidad basada en nuestras capacidades, es siempre algo muy frágil

Tras la supuesta inocencia de El superzorro, se esconde el humor negro y sentido crí­tico de un escritor que ha desvelado el lado oscuro del ser humano. Libros como Charlie y la fábrica de chocolate (1964) o Danny, el campeón del mundo (1975), contienen ya de forma embrionaria la perversidad que encontramos en Mi tí­o Oswald y sus Relatos de lo inesperado (1979) –llevados varios de ellos a la televisión por Hitchcock y uno de ellos al cine por Quentin Tarantino–. Las pelí­culas de Wes Anderson (Los Tenenbaums, Life Aquatic o Viaje a Darjeeling) muestran el rencor y la desolación, que dejan pérdidas reales, apenas mencionadas. Su melancolí­a oculta la gracia –que sigue a la tormenta–, cuando sus protagonistas encuentran un lugar cálido y mullido, en busca del hogar que jamás han tenido. /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "Fantástico Sr.Fox: Huérfanos de la tormenta" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/fantastico–sr–fox
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