Las narrativas simples no tienen cabida en The Legend of Zelda

1986 fue una gran época creativa para Nintendo, pues en ese mismo año publicaba en la videoconsola NES tres nuevas franquicias: Metroid, Kid Icarus y The Legend of Zelda. Las tres rompieron, cada una a su modo, los moldes en el mundo del videojuego, pero The Legend of Zelda, creada por Shigeru Miyamoto sería la más especial de ellas. En una época en la que los jugadores estaban acostumbrados a narrativas simples como las de Pac–Man o Super Mario Bros,, The Legend of Zelda ofrecía un amplio mundo sin restricciones por descubrir en el que Link, el protagonista, que hace de avatar del jugador, tiene que descubrir los secretos del mundo que le rodea y salvar a la princesa Zelda. Detrás de la idea de Miyamoto no había otra cosa que reproducir experiencias de su infancia en Kyoto: de pequeño solía andar por un bosque cercano a su casa y un día, al encontrar un lago de casualidad e intentar encontrar el camino de vuelta sin mapa alguno, se sintió como un verdadero aventurero. Su idea con este videojuego era trasladar al jugador estas mismas sensaciones. Miyamoto ha sido siempre el alma de Nintendo, una compañía fundada en 1889 que se dedicaba a vender barajas de cartas Hanafuda, un juego que era la sensación en el Japón de finales del siglo XIX. Presidida por la familia Yamauchi desde su creación, a la postre salvaría el mundo del videojuego tras la crisis de 1983, habitualmente referida como el "Video Game Crash" provocado por Atari y la enorme cantidad de juegos de baja calidad existentes para su videoconsola más conocida, la Atari 2600. Un fontanero italiano llamado Mario, también creado por Miyamoto, fue el responsable de sacar a flote una industria que hoy por sí sola genera el doble de beneficio económico que toda la industria del cine. /// Miguel Palomo nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "The Legend of Zelda: Entre los dioses y el destino" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/the–legend–of–zelda
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