Cuando fui con mis hijos estas navidades, me acordé de nuevo de ese día, pero a los pequeños les dio la pasión de todos los niños por los viajes al espacio

Cuando fui con mis hijos estas navidades, me acordé de nuevo de ese día, pero a los pequeños les dio la pasión de todos los niños por los viajes al espacio. El menor me ha dejado hoy uno de los libros que sacó ayer de la biblioteca, La conquista de la luna. Yo he estado leyendo otro bastante más aburrido –sin tantas fotos, por lo menos–, que acompañó una serie de televisión –Objetivo: la luna de Dan Perry–. Aunque en la exposición tenían la preciosa edición que hizo Taschen –para el cuarenta aniversario– de la serie de artículos que escribió Norman Mailer para la revista Life. En casa –que siempre hemos sido muy tintinófilos–, la ocasión ha servido para releer los dos visionarios álbumes que Hergé dibujó dieciséis años antes que Armstrong pisara el píe en la luna. La primera sala trata de esos soñadores, que imaginaron el espacio, ya en el siglo XIX. Allí no sólo están escritores como Julio Verne o H. G. Wells, sino también Edgar Rice Burroughs –que no sólo escribió Tarzán, sino también muchas fantasías espaciales– y mi admirado Alex Raymond –padre de Flash Gordon, además del maravilloso Rip Kirby, uno de mis detectives favoritos, junto a cineastas como Georges Méliès o Fritz Lang. /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "La aventura del espacio: Dios y la aventura del espacio" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/la–aventura–del–espacio
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