Tan pronto como terminaba el espectáculo me precipitaba a mi camerino con los nervios deshechos
Se han escrito biografías sobre mí en las que los escritores, tratando de obtener el pintoresco contraste del hombre que pasa de la pobreza al éxito, de los harapos a las riquezas, han falseado la imagen real de la situación económica de mi familia en los años 30. Y tales historias han provocado siempre un arrebato de ira y sano orgullo familiar en mis progenitores. Jamás se vieron obligados a mendigar de la seguridad social, ni nunca aceptaron por necesidad dádivas de nadie, ni siquiera durante los años de la Depresión. Antes de cada comida dábamos siempre gracias a Dios, que nos había dado las fuerzas precisas para ganarnos los alimentos que había en la mesa. Y puedo asegurar que no se trataba de un "proceso automático", la rutina de la oración antes de todas las comidas. No; se trataba de una plegaria sincera y sentida de acción de gracias. /// Pablo Fernández nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "El hombre vestido de negro en sus propias palabras" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/el–hombre–vestido–de–negro
http://dlvr.it/Sm6t4R
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