Carl Th. Dreyer quita de en medio todo lo innecesario para buscar la máxima nitidez del dibujo dramático

La fe de Dreyer se levanta por encima de toda religión en una adhesión a Cristo, más allá de todo culto o tradición. Las historias sobre él, negándole la mano a un sacerdote o empeñando su vejez en una pelí­cula sobre Jesús, que nunca pudo realizar, no son ya sino parte de la leyenda de un hombre que vivió una fe más allá de las instituciones seculares que se han dado en llamar iglesias. De eso trata precisamente Ordet, una pelí­cula que tal y como decí­a Truffaut, habla sobre la pérdida y la recuperación de la fe. Su historia está basada en la obra de un autor llamado Kaj Munk, que fue un pastor asesinado por pistoleros de la Gestapo en los primeros dí­as de 1944. La Palabra nos presenta una familia que vive en medio de un bosque. Los Borgen tienen tres hijos. El primero, Mikkael está en medio de una crisis espiritual, cuando su esposa, Inge, queda embarazada. El segundo, Anders, se ha enamorado de Anne, la hija de un sastre llamado Petersen, que está enfrentado a los Borgen por cuestiones religiosas. El tercero, Johannes, atraviesa la escena como una sombra, con gran solemnidad de movimientos y una mirada perdida. Es un estudiante de teologí­a que ha enloquecido, leyendo a Kierkegaard y ahora se cree Jesucristo. /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "Ordet: El poder de la Palabra" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/ordet
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