Deckard empieza sobrevolando el espacio aéreo de Los Angeles, una ciudad ahora más parecida a los más sucios suburbios de Tokio, New York o Hong Kong
Los test de Rorschach a los que se familiarizó Philip K. Dick están obviamente detrás de los test de Voight–Kampff, las pruebas de identificación a las que son sometidos los robots en Blade Runner. Es por eso que no debemos pensar que esta historia esté hablando primeramente de los hipotéticos contrastes y dilemas entre robots y humanos, más propios de la ciencia ficción. La base del tema en Blade Runner está bebiendo primeramente de los contrastes en la diferenciación o identificación de la locura y la razón a los que estaba siempre expuesto el autor. Fijémonos sino en qué es lo que realmente le preocupa a Rachel cuando abre su corazón a Deckard y asegura: " ¡No puedo fiarme de mi memoria!". Philip K. Dick no era precisamente el escritor más fácil de asimilar para la mayoría de la población norteamericana. Podría decirse que era justo todo lo contrario. La distopía que describe Philip K. Dick es según palabras del escritor Jesús Alonso Burgos en su interesante publicación "Lo que Deckard no sabía": "una suerte de post–ateísmo comunitarista y pietista, muy acorde con el evangelismo norteamericano". Muchos ateos han usado la película como bandera de sus creencias pero ¿hay motivos realmente? No puedes matar lo que no existe, ni tampoco a alguien a quien no has encontrado todavía, pero sí puedes matar a todo el que te defrauda en tu búsqueda – que es justo lo que hace con sus propias manos Roy Batty, el líder de los forajidos robots. /// Pablo Fernández nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "¿Cuál es el verdadero argumento de Blade Runner?" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/blade–runner
http://dlvr.it/SshGBW
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