Steve Saint, es un popular personaje de la televisión norteamericana, además de un conocido militante gay, que ha sido portada tres veces de la revista homosexual más conocida en Estados Unidos, The Advocate

Es así cómo debemos ver El Final del Espíritu, no como un producto de nuestra sub–cultura evangélica, sino como un ejemplo de la evidente presencia de la fe en un mundo, donde el Evangelio se extiende, a costa de la sangre de mártires como Saint y el sacrificio de hombres como Liddell, capaz de entregar una vida "que no se puede guardar, para ganar lo que no se puede perder", según las conocidas palabras de uno de aquellos misioneros, Jim Elliott". La historia de estos cinco misioneros martirizados, contada en tantos libros evangélicos, es ahora llevada al mundo, como testimonio de cómo la soberanía de Dios es capaz de convertir una tragedia en una poderosa arma de salvación y reconciliación. El milagro del perdón que reúne al hijo de Saint con Mincaye, el asesino de su padre, que acaba adoptándole, es causa de asombro, no sólo para el creyente, sino para todo un mundo que nos observa y asiste asombrado a una historia, que le resulta en el fondo increíble. Esa es la mayor barrera de una película como ésta: La gente no se acaba de creer cómo esto ha podido ser posible" /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "End of the Spear: El Final del Espíritu" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/final–del–espiritu
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