Estados Unidos no es sólo la explicación del éxito de U2, sino el oasis de libertad que saca a estos jóvenes de la oscura y opresiva Irlanda

Cuarenta años después de que su madre se desplomará con un aneurisma cerebral en el funeral de su padre, en 1974, Bono siente todaví­a la orfandad que llenaba las canciones de su primer disco, "Boy" (1980). Fue el verano siguiente, cuando conocí­ a U2 en el festival cristiano de Greenbelt. Tres de ellos formaban parte de una comunidad evangélica, sin denominación alguna, de tipo carismático, llamada Shalom. Actuaron sin estar anunciados, con un equipo e instrumentos prestados, después de llamar por teléfono, porque creí­an que Dios les habí­a dicho que fueran y tocarán. Bono era ya un apasionado "showman", que sabí­a dominar el escenario. Cantaron al final, dos canciones de su siguiente disco, "October" (1981), despidiéndose con "With A Shout (Jerusalem)": "¿A dónde vamos desde aquí­? / A la ladera de una colina / donde se derramó sangre / Jerusalén / ¡Grita, fuerte!, ¡grí­talo! / Quiero ir al pí­e del monte de Sión / a los pí­es de Aquel que me hizo ver / A la ladera de la colina, donde sangre fue derramada / fuimos llenos de amor / y vamos a volver allí­". /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "Songs of Inocence: La inocencia perdida de U2" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/songs–of–inocence


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