Luís Buñuel: El ateo por la gracia de Dios

Y es en este punto donde cobra importancia la relación del director con la filosofía del Marqués de Sade (1740–1814), ya que para explorar todas las posibilidades de la realidad y del mundo interior, uno debe ser libre de pensar lo que quiera. Por ello, cuando José de Colina y Tomás Pérez Turrent cuestionan la moral de Sade, Buñuel les responde que el Divino Marqués "sólo cometía sus crímenes en la imaginación; era una forma de liberarse del deseo criminal. La imaginación puede permitirse todas las libertades [...] la imaginación humana es libre, el hombre no." Un cliente asiático le enseña a las chicas del burdel el contenido de una caja que el espectador no logra ver (sólo se escucha un ruido incómodo). La compañera huye espantada tras ver lo que hay en la caja pero a Séverine le interesa y se queda con el cliente. ¿Qué hay en la cajita? Buñuel respondía: "como no lo sé, la única respuesta posible es: "lo que usted quiera." Como veremos a continuación, más que el ateísmo radical del marqués francés, lo que Buñuel hereda de Sade es su actitud subversiva, esa posición de libertad desde la que puede aferrarse al misterio que hay detrás del deseo que le persigue. /// Dani Sazo nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "Belle de Jour: Buñuel y la fuerza del deseo" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/belle–de–jour
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