No sé sabe bien lo que pasó, pero tiene secretos, la mente sucia y no hay duda que la memoria le duele, pero su inseguridad sólo logra producir lástima

Esta película es para muchos la consagración de un director como Clint Eastwood, que pasó de ser un actor desconocido de televisión, a convertirse gracias a Sergio Leone en el icono de lo que los americanos llamaron despectivamente en los años sesenta, spaghetti–western. En esta particular mirada europea al mundo del Oeste, Eastwood presenta una imagen hierática, que va a contrastar con la creciente violencia de las películas que hace luego con el productor Don Siegel, como el agresivo detective Harry el sucio. No será realmente hasta los años noventa, que su obra adquiera la fama de tener un universo propio a la altura del llamado cine de autor. Su trabajo en Sin perdón (1992) hace que críticos de la talla de Miguel Marías le proclamen el mejor director vivo en activo del cine norteamericano. Y aunque su carrera sigue siendo irregular en muchos sentidos, no hay duda que Clint Eastwood es el último de los cineastas clásicos. Ya que está interesado en los afectos, más que en los efectos especiales, de unos personajes interpretados tal vez por los tres mejores actores de su generación, cuya puesta en escena hace de Mystic River (2003) una auténtica vivencia personal, más que una experiencia cinematográfica.Eastwood leyó en un periódico un resumen de la excepcional trama de este libro, adaptado ahora al cine por Brian Helgeland. Su autor, Dennis Lehane había hecho ya una media docena de novelas sobre una pareja de detectives privados, pero no es hasta Mystic River (2001) que logra combinar el deseo propio de todo relato policial por averiguar lo qué realmente pasó, con una hondura psicológica de una intensidad tal, que crea un espacio de pesadilla y claves dispersas, que terminan encajando en un drama con las proporciones de la tragedia clásica. El escritor nos introduce así en esta historia en un turbio laberinto sin salida, lleno de desastres, que tropiezan finalmente con ese muro sellado que es la peripecia íntima de cada cual. Ya que no estamos ante un tradicional relato de misterio, en que alguien m (...) /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "Mystic River: Lo que el río nunca se lleva" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/mystic–river


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