Nuestra propia capacidad intelectual no es la prueba y la medida de la verdad divina

Las introducciones de los libros de Packer muestran ya desde la primera línea esa inimitable combinación de concisión y humildad, inteligencia y sutilidad, que caracteriza toda su obra. Si bien era difícil de escuchar, por el problema de habla que tenía desde el accidente que tuvo de niño, siempre era una delicia de leer, sobre todo, en su idioma original. En la extensión corta de textos breves como los que publicaba en Christianity Today, era inigualable. Lo primero que hacía al recibir la revista, era buscar la página donde escribía. Recuerdo la impresión que me produjo en los años 80 la recopilación de artículos que se conoce en Inglaterra como "Laid–back Religion?" y en América "Hot Tub Religion". Todavía hoy creo que lo que escribió sobre la sanidad y la orientación divina, son lo mejor que he leído sobre el tema. Tras la terrible enfermedad que ha sufrido estos últimos años, me alegro de que Packer esté ya en Casa. No poder leer, hablar o escribir, debió ser algo insufrible para él. La noticia de su partida, estos días, coincide con la recuperación del cáncer que espero me hayan extirpado. Tras los dolores y espasmos de un sangrado inesperado, he vuelto a la biografía que escribió sobre él, Alister McGrath. Amablemente, Packer le escribió un breve prólogo. En su brillante estilo, me temo que su página resulta más original que todo el libro. Les traduzco sólo el primer párrafo. Y ya me dirán si no quisieran seguir leyendo. Lamentablemente, no son sus memorias, sino otro libro de McGrath, /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "Creer para ver" de la serie "James I. Packer" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/james–i–packer


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