Para muchos, la mayor película contra la guerra es La Gran ilusión (1937) de Renoir
Pocas figuras de la primera guerra mundial han despertado tantas pasiones y han sembrado tanto misterio como Mata–Hari (1876–1917). Su vida está llena de mentiras. Decía haberse criado en un templo de la India, cuando en realidad nació en Leeuwarden, la capital de la región del norte de Holanda –que se conoce como Frisia–, donde he estado este verano. Vive allí un cuñado mío, recientemente jubilado. Ha sido mucho tiempo anciano de una iglesia, donde se bautizó una tía de Mata–Hari, a la vez que uno de mis sobrinos hizo profesión de fe. Era una anciana soltera muy extravagante, hermana de un pastor, que iba en bicicleta por toda la provincia, predicando. El padre de Mata–Hari tenía una sombrerería al lado de un canal de la ciudad. Vivían encima de la tienda, que se quemó el año pasado. Todavía queda su casa anterior y la estatua que pusieron delante del establecimiento. Sus padres se divorciaron, como ella, que estuvo casada con un oficial de origen escocés –de ahí el nombre de Lady Macleod– en las colonias holandesas que forman la actual Indonesia. Le conoció por un anuncio de prensa, cuando dejó el jardín de infancia donde trabajaba, al intentar el director abusar de ella. El matrimonio fue un fracaso, pero ella aprendió en Java las danzas exóticas con que se hizo famosa en París. Mata–Hari recorrió toda Europa, bailando medio desnuda. /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "Primera Guerra Mundial (III): Mata–Hari y el engaño " ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/mata–hari–y–el–engano–de–la–guerra
http://dlvr.it/SzJRKy
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