Todos los que trataron con Schulz le recuerdan como alguien difícil de conocer y difícil de comprender
En 1941 llegó al cine Park de St. Paul, la película de Orson Welles, "Ciudadano Kane". La fascinación de Schulz por esta obra maestra del séptimo arte –elegida como el mejor film de la historia, año tras año por críticos de todo el mundo, hasta ser desbancada recientemente por "Vertigo" de Hitchcock– se convirtió en una verdadera obsesión. La vio hasta cuarenta veces. La historia de ese hombre discreto y poderoso, hijo único, expulsado de su hogar en una cabaña aislada en mitad de la nieve, hasta ser educado por un banquero y acabar en el castillo aislado de Xanadú, tiene mucho que ver con Schulz. El enigma que representa en "Ciudadano Kane" la palabra "Rosebud" es también la clave que buscamos en esta serie sobre la misteriosa fe de Schulz. Creo que no destripo la película, si digo que tras el nombre que daba a su trineo de infancia –a pesar de la referencia sexual que tenía para la figura en que se inspira, el magnate de prensa, William Hearst–, nos presenta a un hombre como Schulz, que "consiguió todo lo que deseaba y luego lo perdió". Como Kane, se sintió solo toda su vida, anhelando el cuidado y comprensión de la madre que perdió. /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "La fe del padre de Snoopy y Carlitos" de la serie "Schulz" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/charles–schulz
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