Enid Blyton escribía para niños, pero no soportaba a los de los vecinos

El amor a la infancia, como todas las generalidades, es una abstracción. Es lo que produce la nostalgia, la idealización de un tiempo que no fue tal y como lo recordamos. La memoria es caprichosa. Recuerda lo que quiere. Lo otro, preferimos olvidarlo. Nuestra infancia perdida – ¡no nos engañemos! –, es una reconstrucción. Ya cuando éramos niños, nos resultaban algo extraños esos "cottages" donde desayunaban riñones o ciruelas guisadas, pero todo sabí­a a jengibre. Habí­a un aire vetusto en esos caserones de estilo eduardiano, por donde andaban esos niños salidos de un internado, apenas controlados por tí­os lunáticos o tutores extravagantes, rodeados de mascotas. No se parecí­a nada a nuestras vacaciones en el pueblo o en la playa, pero reconocí­amos el deseo de andar libres, como ellos, aunque sólo pudiera ser en verano. /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "De vacaciones con Los Cinco de Enid Blyton" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/enid–blyton


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