En el reducido espacio que había entre sus murallas tenía una muestra de cada objeto lujoso que se podía adquirir con el poder.

"Pompeya era la miniatura de la civilización de aquel tiempo", dice Bulwer–Lytton en su clásica novela sobre Los últimos días de Pompeya: "En el reducido espacio que había entre sus murallas tenía una muestra de cada objeto lujoso que se podía adquirir con el poder. En sus tiendas pequeñas, pero brillantes, en sus palacios, en sus baños, en su foro, en su teatro, en su circo, en toda la energía de su corrupción, en su civilización llena de vicio, en sus gentes dominadas por él, mostraba un modelo de todo el imperio. Era un juguete, una óptica en la que los dioses parecían complacerse conservando la representación de la gran monarquía de la tierra. Robándola a los ojos de los tiempos para darla a la admiración de los siglos futuros y a la máxima según la cual no hay nada nuevo bajo el sol". El secretario de estado británico para las colonias, Edward George Bulwer–Lytton (1803–1873), escribió este libro en la bahía de Napolés entre los años 1832 y 1833. Fue parlamentario y autor de varias novelas, así como algunas obras de teatro, pero es gracias a estas páginas que ha pasado a la Historia. Su relato muestra la decadencia de la cultura pagana y el nacimiento del cristianismo, en un entorno de corrupción y crueldad, que parece despertar el juicio divino con la erupción del Vesubio. Sus ruinas, incluso en estos tiempos de turismo masivo, producen cierta inquietud. /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "Vida entre las ruinas de Pompeya" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/pompeya


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