En la película, Max también disfrazado de lobo, se comporta como un salvaje, imponiendo sus deseos y caprichos a los demás
La película tiene por eso pasajes de gran tensión, casi terror, nada habituales en una obra que parece dirigida al público infantil. La falta de una espectacularidad artificial en el planteamiento visual –las figuras son muñecos o actores disfrazados, no imágenes virtuales–, crea paradójicamente una cercanía, que puede ser demasiado impresionable para ciertas retinas. La crítica americana la ha calificado por eso de demasiado –oscura, quizá no del todo para niños–. La pregunta es si esta es una historia realmente oscura, o las críticas no son más que un reflejo de una sociedad que sobreprotege a los más pequeños. Vivimos en una cultura que no acaba de entender al niño. Pasamos de una dictadura educativa a una relajación en las costumbres y hábitos, que hace que ahora se estén buscando de nuevo los límites... /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre "Maurice Sendak: Donde viven los monstruos " ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/maurice–sendak
source https://www.entrelineas.org/revista/maurice-sendak
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