Desde que se presentó la versión de J. Searle Dawley el 23 de diciembre de 1910 han llegado hasta nosotros durante estas fechas incontables versiones
Charles Dickens no desconocía en vida la expectación que despertaban cada año sus cuentos de navidad. La industria cinematográfica no se ha mantenido al margen. Desde que se presentó la versión de J. Searle Dawley el 23 de diciembre de 1910 han llegado hasta nosotros durante estas fechas incontables versiones tan dispares como las de Abel Ferrara o la de Barbie. El por todos conocido desenlace de la historia, donde el malvado cobrador de deudas, arrepentido de su pasado, comienza a mostrarse generoso con los necesitados, no debe dejar de recordarnos la historia de otro despreciado solitario que Charles Dickens debía conocer: Zaqueo. Zaqueo era en la Biblia un despreciado recaudador de impuestos al que Jesús buscó y bajo cuyo influjo acabó devolviendo todo lo que había robado por cuatriplicado. La historia de Zaqueo en la Biblia, por supuesto, no enseña a los lectores la necesidad de vivir el espíritu de la navidad, sino la capacidad que tenía Jesús de pasar por alto todos los prejuicios de la gente para poder llegar a las personas que le necesitaban. La idea de un espíritu que se aparece para traer un aviso desde el otro mundo tampoco es ajena a la Biblia. Pero el espíritu en la Biblia no traía, como en el cuento de Charles Dickens, un aviso para pedir arrepentimiento sino para anunciar la muerte de la persona que le había invocado. En otro punto muy distinto de la Biblia el espíritu del rico que en vida descuidó al pobre Lázaro pedía a Abraham el derecho de poder ocupar a Lázaro en ese papel de mensajero pero le fue negado. La historia sucede exactamente así: "Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, (...) /// Pablo Fernández nos habla hoy en entrelineas.org sobre "Cuento de Navidad: Buenas noticias para Scrooge" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/cuento–de–navidad
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