Todo el cosmicismo como corriente filosófica creada por H.P. Lovecraft se basa en la singular insignificancia del ser humano

Susan podía sentirse tranquila sabiendo que su futuro marido Winfield Scott Lovecraft tenía un árbol genealógico que estaba a la altura del suyo. Su abuelo Joseph Lovecraft había llegado desde Devonshire, al sur de Inglaterra, en 1847. Habían sido las dificultades económicas las que les habían llevado a emigrar pero también hacían ostento de su fe anglicana y sus buenas maneras europeas. Ella en realidad apenas pudo aprovechar esas ventajas. Le vio muy poco de hecho entre los muchos viajes de trabajo en los que se ocupaba él y antes de llegar a comprar su propia casa, antes de que H. P. Lovecraft cumpliese los tres años, su marido fue hospitalizado con sífilis y unos terribles ataques de alucinaciones le mantuvieron encerrado hasta que murió cinco años después. Es difícil imaginar una situación más traumática para una madre y su pequeño hijo. Si en algo les ayudaron aquellas circunstancias fue sin duda en la oportunidad de empezar a vivir en la casa de sus abuelos. Aquel enorme edificio en el número 454 de la calle Angell Street era una inagotable fuente de mimos y alimentó su sed de sorpresas y conocimiento durante años. Mientras los sirvientes se encargaban de las tareas domésticas su madre pintaba, su abuela Rhoby le introducía en la astronomía, su tío político le enseñaba el alfabeto griego y sus tías le ayudaban a explorar los clásicos de la enorme biblioteca del ático. Sus mejores recuerdos los guardaría sin embargo de su abuelo Whipple, que le traía regalos de sus viajes por Europa, le leía cuentos de terror y le ayudaba a enfrentar sus miedos a la oscuridad. /// Pablo Fernández nos habla hoy en entrelineas.org sobre "H.P. Lovecraft: Los orígenes religiosos del terror en el Siglo XXI" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/h–p–lovecraft

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