Una de las metáforas que recorre la novela asemeja la revolución a un juego de ruleta

El protagonista de su libro es un exiliado latinoamericano –como él, que fue a Barcelona en 1974, amenazado por el grupo ultraderechista de la Triple A–. Tras militar en el comunismo –en su caso, trotskista–, su personaje evoca, desengañado, sus sueños revolucionarios, estando ya lejos de los ideales de juventud. Esta narración desmitificadora recuerda los años sesenta como una época de grandes mentiras y nos hace preguntarnos, una vez más: ¿qué pasó con la revolución? La historia que evoca este libro no es la búsqueda de un tiempo perdido. Ya que para su personaje, Pablo Estévez, la revolución de los años sesenta no fue más que una pérdida de tiempo. El distanciamiento con el que Vázquez–Rial recuerda aquella época, ya no está marcado por la nostalgia, sino por el escepticismo ante la épica personal con la que hoy contempla un pasado estereotípico, el del intelectual latinoamericano, comprometido con un activismo de izquierdas. El largo exilio europeo ha hecho cada vez más pesimista al autor del valor de su supuesta ideología revolucionaria. LA GENERACIÓN DEL DESENCANTO Estévez cuenta al hijo de un amigo qué ideales le movieron a él y a su padre, en los años sesenta. Su pensamiento entonces, se le antoja ahora un conjunto de tópicos repetidos a pares, que le resultan tremendamente contradictorios e increíblemente falsos. Su idea dicotómica del bien y del mal no es para el personaje de Revolución más que una ficción. Pero en aquellos días lo ficticio y lo ilusorio parecía haber ocupado el lugar de lo real, que es para Vázquez–Rial quizás la condición esencial de toda utopía. Una de las metáforas que recorre la novela asemeja la revolución a un juego de ruleta. La ingenua idea de aquel que cree tener la fórmula para descubrir el número ganador, y llevar así al casino a la bancarrota, es comparada al análisis pseudo–científico con el que el autor/protagonista preconizaba la revolución comunista. Su postura no es que fuera utópica, es que era una completa falacia. ′La pretensión de burlar el cálculo de probabilidades mediante la intervención cíclica en su cumplimiento es tan absurda como la pretensión (...) /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "Horacio Vázquez–Rial y la revolución perdida" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/horacio–vazquez–rial
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