¿Quiénes son los sospechosos?, le pregunta su asistente. ¡Todos!, le contesta el fiscal

Lo que le preocupaba a la gente, después de la guerra, era la comida, la calefacción y el trabajo. Alemania era un país destruido. La población estaba aturdida. Se había iniciado la reconstrucción y estaban en pleno milagro económico. Nadie quería enfrentarse al pasado reciente. Ni los aliados del canciller Adenauer, pensaban que hacía falta otro juicio, después de Nuremberg. Fue un periodista, Thomas Gnielka, quien entregó a Bauer, unos documentos de las SS, donde aparecían los nombres de los que habían matado a tiros a los prisioneros del campo. Veintidós miembros de las SS, fueron llevados a juicio en Fráncfort en 1963. La mayoría fueron condenados a penas de entre tres y catorce años de cárcel. Sin embargo, Bauer no lograr capturar a hombres como Mengele, el médico responsable de algunos de los atroces experimentos humanos, que se hicieron en Auschwitz. Argentina le había dado asilo, pero de allí se marcho a Paraguay, donde se le perdió la vista, hasta morir en Brasil en 1979. /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "Laberynth of Lies: Los verdugos voluntarios de Hitler" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/la–conspiracion–del–silencio
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