Aislados durante más tiempo de lo esperado por culpa de una tormenta, la estabilidad psíquica de ambos protagonistas se verá afectada
Está claro que la gran obra del director de fotografía de "El faro", Jarin Blaschke, candidato al Oscar, se inspira en directores como Andrei Tarkovski o Ingmar Bergman, amantes del enigma trascendente en el lenguaje cinematográfico. Y como comentan varios autores, incluso el formato estrecho de pantalla que encierra a las escenas en un círculo onírico de grises (más que de blancos y negros) parece hacer referencia al cine mudo del gran ilusionista Georges Méliès. No obstante, es importante reconocer que ese aura de ensoñación donde se desdibuja la realidad de forma grotesca y extraña en el guión de Eggers, también tiene su fundamento en la obra literaria del llamado "Renacimiento Americano". Uno de estos referentes es el novelista Herman Melville (1819–1891). Quienes hayan leído "Moby Dick" (1851) coincidirán conmigo en que el histrionismo de Thomas Wake es hijo de los soliloquios esperpénticos del capitán Ahab. La influencia de esta novela en "El Faro" es más relevante de lo que podría parecer en un principio, ya que la locura del cazador de ballenas y la de los fareros gira en torno a la lucha incesante contra una fuerza poderosa e inexplicable. Para Ahab esta fuerza la encarna la ballena, y Melville se encarga de dejarnos claro que es símbolo de la lucha del hombre contra Dios y sus designios. En el caso de Wake y Winslow es a veces el mar, otras la luz del faro e incluso una sirena. Todos símbolos femeninos, objetos que despiertan el deseo en ambos personajes con una fuerza descontrolada y frenética. Pero si Melville nos habla del Creador ¿de qué nos habla Eggers? /// Dani Sazo nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "Robert Eggers y las torres de sombra en El Faro" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/robert–eggers
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