La vida de Robert Zimmerman (Duluth, 1941), que es como se llama en realidad Dylan, sigue siendo un enigma, hasta para su familia y sus amigos.

Dylan se sentí­a tan infeliz entonces, que habí­a llegado a considerar seriamente la posibilidad del suicidio. Algo insólito en él, que suele ser más agresivo que desesperado. Algunos de los amigos y músicos de su banda se habí­an hecho cristianos, tras los excesos de los años sesenta y principios de los setenta, cuando muchos habí­an visto sus vidas arruinadas por los abusos del alcohol y las drogas. Otros dicen que Dylan tuvo una visión de Jesús como Rey de reyes, en un hotel de Tucson (Arizona). Lo cierto es que si hubo una persona clave en su conversión fue una mujer afroamericana llamada Mary Alice Artes, que habí­a llegado a formar parte de la Comunidad de la Viña, una pequeña iglesia evangélica en el valle de San Fernando de Los ángeles. Esta comunidad en concreto, habí­a sido fundada el año 74 por un pastor y cantante de origen luterano llamado Ken Gulliksen. Al ser una iglesia pequeña, carecí­a de local propio, por lo que se reuní­an en lugares alquilados o en la misma playa. A principios del 79 Artes puso en contacto a Dylan con dos pastores de esta comunidad, llegando a entrar en una escuela de discipulado, donde estudiaron la Biblia cada mañana durante más de tres meses. Los dos fueron bautizados aquel mismo año. Un libro clave para él entonces fue La gran agoní­a del planeta Tierra, la particular visión apocalí­ptica de Hal Lindsay, por la que Dylan entendió que estábamos al borde de la batalla de Armagedón, un conflicto mundial que comenzarí­a después que Rusia atacara Oriente Medio, y China se presentara allí­ con un ejército de dos millones de soldados. /// José de Segovia nos habla hoy en entrelineas.org sobre " en el artículo "Los años cristianos de Bob Dylan" ❤ ¿Te parece interesante? Para saber más puedes seguir leyendo en entrelineas.org/revista/bob–dylan–i


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